La mirada perdida de la ciudad
El termo reventado. Por Ramiro De Mendonça. ¿Cómo no me avisaron que es mufa que se te reviente un termo? Esta cosa de ir cebando mate creyéndose que el mundo es el patio de una casa. Al primer movimiento brusco, te explota contra el molinete del subte. Ir caminando apurado y en rol contemplativo siempre me trae problemas.
Un volcán en la pampa
Con el irrealizable delirio, el autor parodia una clase social, las utopías ya cansadas de una época, y también su propio aburrimiento que le hacen crear una literatura que, en palabras de Damián Tabarovsky en el caso de esta novela puede ser leída “como el eslabón perdido entre Una excursión a los indios ranqueles de Lucio V. Mansilla y las novelas pampeanas de César Aira”.
Tradición cancelada
El único folklore permitido es el avalado por la industria cultural: el de las canciones lindas, carnavaleras, de amor, del cielo y de las estrellas, porque si aparece uno que canta como Fierro y se larga opinando “el pobre se va acercando con las orejas alertas, y el rico vicha la puerta y se aleja reculando”, decía Atahualpa y mejor cantaba el Turco. Por Agustín Sosa.
Propiedad privada
Cuentan que Aukan nunca tuvo un interés particular por algo. Que nació en El Alto de la ciudad de San Carlos de Bariloche, y allí vivía. Que el lugar en donde vivía no se parecía en nada a esa otra cuidad como salida de una pintura naif de los Alpes suizos, con sus casas de piedra y madera estilo alpino, enmarcadas entre lagos y montañas, con sus bosques frondosos y sus amplios jardines floridos. (Cuento de Miguel Montes. Fotografías de Proyecto Raíces).