Cartografía íntima
Hagan mapas; no escriban más: hagan mapas, mapas, líneas, coordenadas, planes para cruzarlas, entretejerlas, entretenerlas, tenerlas, poseerlas: mapas que sean una extensión de tu piel, de tus oídos: escucha a tu alrededor y luego dibuja, haz el mapa, componlo, trázalo, destrózalo, vuelve a componerlo: es tu mapa, no te olvides.
Hagan mapas; junten los mapas, armen una colección, un atlas, una cartografía propia, personal, intransferible: reúnan todas las líneas, mézclenlas, fusionen, caminen sobre ellas: abolirán las fronteras entre los mapas y ustedes, entre los mapas y la piel del mapa que no es más que tu piel proyectada, tu piel que reclama un horizonte, reclama destino, derrotero, mares, miedos, medusas, monstruos acechando, islas a la deriva: encuentra las islas y luego bórralas del mapa; escóndelas pero no las olvides: son tu refugio, tu amparo.
Hagan mapas, marcas, mojones, apachetas, reúne piedras, álzalas, desmorónalas, vuélvelas a alzar, dale un nombre –un nombre secreto, solo para vos, solo para el viento- y luego sigue el rumbo que te dicta el corazón, sigue trazando tu mapa.
Hagan mapas, no te canses, no te olvides: atrévete, levanta tus faros, yérguelos, piedra sobre piedra, y encima, coloca una luz –tu luz-, una luz –un fuego, tu luz- tan potente que refleje los índicos y los índigos y los ocres del mundo, y la luz que los devele pero sólo para vos, es tu mapa, no te olvides, no te canses: nadie lo trazará por ti porque a nadie le importa que tengas uno, que atesores un mapa, que atesores tu mapa.
Hagan mapas, bellos mapas, mapas llenos de montañas y manglares, mapas colmados de desiertos y de estrellas, mapas que derramen sures y prometen oestes, mapas que chorreen magia y ron, tabaco y misterio, mapas con muchos dioses agazapados en las encrucijadas, en los caminos solitarios, en los perdidos senderos donde sólo los dioses pueden hallarse, habituarse, danzar, resistir, habla con ellos, convócalos y habla con ellos y que ellos te guíen más allá, más allá donde ni el mapa podrá llegar, sólo la intención del mapa, sólo tu deseo de cartografías, sólo tu sed del mundo, sólo el mundo.
Hagan mapas, bellos y deslumbrantes mapas, mapas que de tan antiguos parezcan invisibles, olvidados, ajenos, sabes que ellos no te engañarán, sabes que ellos te guiarán por siempre porque son tuyos, son tus mapas; son tu tatuaje en la piel del mundo: son el mundo que va tatuado tan adentro tuyo que nadie, jamás, podrá desmentirlo y desmentirte, nadie, jamás, por siempre, podrá arrancarlo de ti, nadie, jamás, podrá hacer que lo olvides.
IMÁGENES: Arriba: Representación de la cosmovisión incaica por Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua (1613), según una imagen en el Templo del Sol Qurikancha en Pachacutec (Cuzco, Perú). Abajo: Réplica en museo de la imagen original.