Alcira Moreno: la simpleza de la tradición
La palabra “tradición” proviene de la latina traditio, que significa “entregar”. Carlos Vega en uno de sus libros revolviendo otras etimologías, la traduce como “traer de lejos”. El mayor clásico alemán –los alemanes han basado toda una filosofía y una política en ello con los resultados a veces tremendos que conocemos- Goethe, escribió las hermosas palabras: “me suelo bañar con gran fruición, en esa fuente de aguas puras que llaman tradición”.
Alcira Moreno (1946) es una poetisa de Cañuelas poco conocida fuera de talleres literarios y espacios tradicionalistas. Su poesía recoge las vivencias de una infancia humilde de campo y la comunión con un paisaje que ya sufre algo más que cambios de estaciones. Ternura verdadera y meditación religiosa en versos gauchos desnudos de oropeles.
—¿Cuándo siente que se inicia esto en ousted?
—Desde los 5 años me gustaba hacer letras, y siempre escribía. Y más o menos a los 17 años, me animé a responder un aviso que salió en una revista folklórica con letras de zambas, y me las musicalizaron. Salió un libro que iba por todos los países: “Nuevos horizontes”. Una pieza de piano hecha por Orinto Bertani, y también un vals con otro poema. Y de ahí seguí escribiendo, aunque no me gustaba mostrar mucho, escondía; es que no tengo mucho estudio, solo la primaria. Lo único que me gustaba escribir. Y un día vino el payador Waldemar Lagos a mi casa y me dijo que no tenía que esconder.
(Conversamos un rato para ponernos de acuerdo sobre su primera publicación individual en libro, confundimos las colaboraciones y trabajos colectivos con lo personal. Llegamos a saber que hizo un libro por la editorial Ocruxaves llamado “Recuerdos”, de diez poemas. Dice que Homenajes y Sentires, varias veces reeditado -el último de 2009 por Ediciones Amaru- “puede catalogarse como su primer libro”. Así será).
—En Homenajes y Sentires usted cuenta sobre sí misma: “De profesión: arte culinario. Mi género preferido: tradicionalista. Publiqué dos libros de mi autoría y tres antologías”. Me llamó la atención que un escritor se presentara así, omitiendo los títulos de sus libros. Fue una de las razones por la que quise entrevistarla.
—Y sí, la verdad que lo mío es la cocina. Pero me gusta escribir…Igual me gusta la cocina. Quiero lo que hago, pero lo hago para sustentarme, ahora ya no porque estoy jubilada. Pero tenía que trabajar; también hice de niñera, he criado chicos, muchas cosas para ganarme la vida.
—¿Usted vivió en el campo?
—Yo nací en el barrio La Montañeta ¿viste? Allá por La Serenísima, teníamos un ranchito de barro nosotros. Viví ahí hasta los 10 años; después ya nos vinimos a Finaco, ahí me quedé. Y más luego al barrio La Garita. Siempre en el campo.
—Sorprende cómo aparece en su poesía la desnudez de esos paisajes.
—Sí, porque vos sabés que cuando era chica el camino a La Serenísima era todo tierra, y pasaban tropas con los verdaderos reseros, que ahora se ven en películas nomás. Ahora no se ven. Yo me escondía en las ramas y veía pasar la tropa llena de polvareda, eso me encantaba. Después había un resero, Godoy, y ese iba a casa y hablaba con mi abuelo, vos lo veías y era un verdadero gaucho. Los reseros, los payadores…A veces les cuento a mis sobrinos, hijos no tengo. Y a ellos les gusta, porque ahora en la vida es todo diferente, la comodidad, los mensajes que llegan a los teléfonos…Es como que se corta que vos hablés con las personas. A los chicos les gusta; la otra vez fui a la escuela del barrio La Garita y los chicos leyeron mis poesías, como un reconocimiento, eso para mí es un premio ¿viste? Una alegría, como que vos me hayas llamado para hablar.
—Y a veces también pasa que el entrevistado siente que le van a sacar o robar algo, por eso es lindo hablar así. (Luego Alcira comentó que al principio de la nota había sentido ese mismo miedo). Sorprenden también en su poesía las reflexiones, por ejemplo en Dios.
—Soy muy creyente, mi familia era toda muy católica. Puede ser cualquier religión, pero era católica. Eso me ayuda a pensar. Me gusta meditar, analizo las cosas…
Pasamos las hojas de Homenajes y sentires, y buscamos algunas marcas. Leemos. Y Alcira comenta: “más que un poema es una verdad, porque yo lo viví”. “Y acá está el poema al arroyo La Montañeta”, el pago de la niñez de Alcira. “No sabemos si el arroyo todavía existe, hay conflictos”, bromea.
—Mire este: “Y yo nada puede hacer/ estoy igual que en los sueños/ parezco un árbol añoso/ al que lo han dejau sin leño”.
—Sí, esa es una visión del campo cuando hay sequía.
— “Yo nunca soñé con lujos/ ni falta me hace lo sé/ soy humilde como el cardo/ pero puedo comprender”.
—Claro, el cardo es una flor que me gusta mucho. Cuando la tierra es fértil hay mucho cardo, aunque el cardo dicen que no es de la Argentina, lo trajeron de Escocia. Así leí en un libro.
—Podríamos elegir al cardo como la flor de Cañuelas. El ex libris (la marca de propiedad de los libros) del historiador Lucio García Ledesma, es una imagen de varios cardos.
—Y después el bastón de Alfonsín tenía un cardo, el bastón presidencial…
—Mire usted.
Unos mates con la querida Alcira, después unos salamines. Y la nota que no importa.
Nota de prensa gráfica publicada en enero de 2011. Revisada en enero de 2020.
Según el payador Waldemar Lagos
“La inquietud de una moza, pretendiendo en imágenes trasmitir una infancia sufrida, de muchacha de campo, tiene nombre de copla y apellido de canto, por su tierna frescura, ¿quién es ella? Alcira Moreno, tan sencilla y tan simple que no cabe en un verso, posee la naturalidad de las flores silvestres, y goza del privilegio de la humildad de los nobles, su espíritu se abre en pétalos de luz al mundo de la poesía”, escribió sobre Alcira uno de los payadores más grandes que dio el Uruguay, Waldemar Lagos. El mismo que musicalizó en 1994 su poema “Al resero”.
Alcira cuenta sobre Waldemar: “Este payador era como los que me contaba mi abuelo, persona simple, que se daba con todo el mundo y que siempre tenía algo para enseñar”.
Versos en músicas
En la antología Nuevos horizontes (difundida en Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina en la década del ’60) fueron musicalizados dos de sus poemas: “Fue sólo de allá” (zamba) y el poema “Cerró los ojos el payador” (vals). En el año ‘94 se musicalizó “Al resero”, grabado como milonga por el payador internacional Waldemar Lagos, difundido en radios locales y en Capital en Radio Belgrano, Radio Argentina y Radio Municipal; en Uruguay en Radio Montevideo. Recientemente la cantante cañuelense, Sandra Cherutti, musicalizó otros versos suyos en “Zamba de algún camino”.
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Soy así
Siempre vivo en las nubes
a mí me gusta volar
al canto de las palomas
quién no lo quiere escuchar.
En mi rancho donde vivo
de todo hay pa ser feliz
la pava puesta en el fuego
el mate para compartir.
Yo nunca cuento dinero
cuento solo con amor
con el amor de los niños
se está más cerca de Dios.
La puerta está siempre abierta
lo mismo mi corazón
llegate un rato si querés
me darás un alegrón.
El ranchito es muy pequeño
hay poco que recorrer
pero tendré la alegría
de poderte conocer.
Yo nunca soñé con lujos
ni falta me hace lo sé
soy humilde como el cardo
pero puedo comprender.
En Homenajes y sentires (2009).
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Si quieres saber
Si quieres saber
yo soy de allá lejos
donde solo hay campo
y nunca me quejo.
Si tú quieres saber
yo soy de allá lejos,
donde hay un arroyo
igual que un espejo.
Si tú quieres saber,
yo soy de allá lejos,
mi rancho es muy pobre
y nunca lo dejo.
Si tú quieres saber
yo soy de allá lejos,
hago del paisaje
cientos de bosquejos.
Si tú quieres saber
mis manos curtidas
se ganan el pan,
de todos los días.
En Homenajes y sentires (2009).
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Tata Dios
El dueño de este gran mundo
Solo es uno, Tata Dios
Mas pasaron los profetas
Y ninguno lo cambió.
Para el rico, para el pobre
Existe la luz del sol
Mas cuando esto no alumbra
Lo mismo es para los dos.
Si Tata Dios se volviera
Buscaría nueva unión
Porque hoy nadie se comprende
Y no existe la razón.
Arrancaría muy seguro
Los dedos de la cruz
Para darnos el camino
A los que vamos sin luz.
El dueño de este gran mundo
Solo es uno, Tata Dios
Aunque sé que está en el cielo
Nunca nos abandonó.
En Región de Las Lagunas. Sus letras y sus autores (2010).
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Finaco
Llegando hasta Cañuelas
se alza tu estampa divina
de una gigantesca mole
hecha historia en la Argentina.
Ya no humea aquella torre,
la que un tiempo dio trabajo
a los obreros del barrio
que levantaron sus brazos.
Tu placita ya sin flores,
deteriorada y con pasto…
hasta el pino se cayó
a tu suelo hecho pedazos.
Hoy te abrieron mil ventanas
por donde se filtra el viento
y los fantasmas de entonces
no parecen muy contentos.
Porque nadie piensa en ti,
si eras fuente de trabajo,
carcomiéndote en el tiempo,
vieja fábrica Finaco.
Con respeto te saludo,
un recuerdo a este presente
a los que por ti lucharon
y ya se encuentran ausentes.
Mas sé que un día vendrá
el salvador que redima
y levante tu figura
para que nunca seas ruina.
Envío por Día de la Poesía Año 2009.
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Al resero
Por su heroico sacrificio
A nuestro hermano resero
con un verso a flor de labio
lo rescato del silencio.
Devorador de caminos
siempre sobre un flete andando
a media espalda mil sueños
junto a los suyos quedaron.
Sobre el arreo de un canto
a tu silbido de pájaro
responden los ovejeros
y un cusquito semipardo.
Entre balidos y cuernos
brazo en alto revoleando
se hace dibujo en el aire
la armada de vuestro lazo.
Cien caminos polvorientos
cubren de sombra tus rastros
por no encontrar una aguada
propicia para el ganado.
Los inviernos te castigan
con lluvias y vientos bravos
haciendo temblar de frío
la hacienda sobre los pastos.
Y vos como un gladiador
guapiando siempre guapiando
resero de nuestras pampas
yo te bendigo por gaucho.
Versos de Alcira Moreno musicalizados por Waldemar Lagos (1994).